Haciendo búsquedas sobre el impacto en la sociedad que actualmente tiene la felicidad, me encontré con la sorpresa de encontrar una investigación sobre el tema, estudiando a la gente de México, ¿Será posible el satisfacer las necesidades de la sociedad para el bienestar común?.
Encontré en redalyc, una publicación de la Revista del Centro de Investigación de La Salle, un artículo que nos define la felicidad de maneras distintas.
Entre ellas la define como "la valoración subjetiva de la vida como un lado". O la definición de Alarcón, "un estado afectivo de satisfacción plena que experimenta subjetivamente el individuo en posesión de un bien anhelado".
Y entre otras más definiciones que se han presentado, todas tienen un fin común, se está de acuerdo en que la felicidad es un sentimiento de satisfacción, que se traduce como un estado en el que disfrutamos del sentimiento.
Pero, es desconcertante la manera en la que la sociedad mexicana hoy en día toma como felicidad, en la que necesariamente necesita haber un bien, como condición para ser felices.
Pienso, que no sólo la sociedad tiene la culpa, sino también la falta de comunicación y las condiciones en las que vivimos actualmente, en la que la Ley del Más Fuerte, nos orilla a tomar un camino, en el que la felicidad es lo que menos nos importa. Y no es posible la satisfacción de necesidades propias.
Es necesario fijar un objetivo, en el que la relación individuo-gobierno, aumente los placeres, y disminuya los dolores. Para que el primer paso sea cambiar la idea actual y poder sustituirla al obtener un bienestar común.
Si queremos que nuestro país funcione como una potencia en el desarrollo sustentable, la obtención de un bienestar común, es trabajo de todos nosotros. La organización y comunicación son necesarias para que sociedades futuras puedan de la misma manera obtener este bien común, y por consiguiente satisfacer sus propias necesidades.
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